Hoy cumplo 34 años. Hace 16 llegué a Madrid para estudiar Sociología en la universidad. Hasta entonces viví toda mi vida en una pequeña pedanía al este de la huerta murciana. La primera vez que pisé Madrid fue en la Semana Santa anterior a mi llegada. Nada que ver con la ciudad que conocí después.
Venir a vivir a Madrid fue un shock tremendo. Caí en el Johnny, un colegio mayor mixto muy cultureta: la mejor situación posible para conocer gente con mis gustos (algo que me parecía muy importante en su momento). Amigas y amigos de entonces, y sus respectivas amistades y parejas, son mi familia madrileña de ahora. He perdido el contacto con mucha gente, a algunas gentes las veo de vez en cuando, a otras las veo todas las semanas. Pero la mayoría de mi-gente surgió ahí, en mis tres primeros años de Madrid.
Después del cole viví con mis amigos y amigas del colegio en pisos de Lavapiés, Cuatro Caminos, Chueca o Arganzuela. Aparte de los dramones típicos de la edad, y yo era bastante drama-king, lo pasé TAN bien saliendo por Madrid esos años… Nunca hice un Erasmus ni nada por el estilo porque me gustaba estar en Madrid, me consideraba que ya estaba desplazado como para hacer un segundo desplazamiento. Y sobre todo porque lo estaba pasando muy muy bien aquí.
Paralelamente también hice un grupete majísimo de gente de la facultad que me fue enseñando un Madrid que no hubiera visto si no hubiéramos coincidido. Conocí Villaverde o Carabanchel, pueblos como Coslada o espacios okupados varios. Por ahí también empezó cierto activismo que siempre asocié a mis conocimientos de sociología (ayudar desde el oficio; militancia no tuve hasta hace relativamente poco). También en la facultad de Somosaguas encontré a profes que me cambiaron en muchos aspectos como Elena, Araceli, Carolina, Ángel o Alfonso. Tuve la suerte de compartir charlas y cañas con ellas y me considero super afortunado de haber pasado por mi facultad.
Buscándome la vida acabé un año de vuelta en Murcia. También estuve un trimestre en Chicago. A la vuelta comenzó el “proyecto paternidad” y ahí mi visión de Madrid cambió definitivamente. Antes de eso ya veía la ciudad cada vez más antipática. Pero a partir de ahí me resultó más complicada y difícil de vivir. Mucha de mi-gente siguió ahí a mi lado, otra dejé de verla regularmente. Por la paternidad y por mil cosas más, seguramente. También hubo quien se fue de la ciudad. Por mi parte, tengo claro que lo que ofrece Madrid mientras puedes salir despreocupadamente es mucho más que cuando no puedes hacerlo.
Con mi-gente viajé a algunos sitios y me encantó conocer sus ciudades (Cádiz, Segovia, Córdoba, Coruña, Málaga, Guadalajara…) y a sus amigos de esos sitios. Fuimos a montones de conciertos, nos hicimos amiguis de los camareros de los bares donde vivíamos,escuchamos música a rabiar, bailamos como putos locos, nos disfrazamos sin ningún ridículo, discutimos por la última gilipollez del momento, nos besamos y abrazamos muy fuerte. También hubo cosas feas, pero las menos. Ha sido mi familia de Madrid.
Ahora toca despedirme de manera indefinida. Se ha abierto una pequeña puerta hacia la estabilidad laboral fuera de aquí y vamos a intentar aprovecharla mi nueva pequeña familia y yo. A lo mejor estoy de vuelta en un año, a lo mejor nunca vuelvo. Ahora mismo me resulta difícil de decir. Pero está claro que esto es un punto y seguido.
Me da una pena tremenda y a la vez tengo muchas ganas de cambio. Creo que nunca me había enfrentado a un sentimiento así como de dar un paso hacia el vacío. Pero bueno, soy consciente de ser un privilegiado por poder hacer cosas que quiero hacer.
Volveré mucho. Me meteré con los capitalinos que se creen el centro del universo. Echaré de menos muchas cosas. Amorodio a Madrid, siempre. Pero sobre todo echaré de menos a mi-gente. Y me acordaré mucho de todo lo que hice en Madrid durante media vida con Mercedes, Irene, Rafa, Sandra, Fran, Dani, Llanos, Juan, Curtis, Álvaro, Paola, Carlos, Jara, Belinda, Mar, Lara, Inma, Sabina, María, Solana, Aurora, Gonza, Bea, Lauri, Chan, Pilar, Manu, Rosa, Alejandra, Loren, Sergio, Víctor, Ana, María, Laura, Irene, Bego, Iván, Julia, Arnau…
Nos vemos pronto.
Muchos besos,
Quique.
