Tinnitus, volumen y salud auditiva: una experiencia personal

nadador_
3 min readMar 11, 2022

El pasado octubre me encontré con un artículo de Carlos Marcos para El País bastante duro sobre músicos con una salud auditiva muy delicada. Eran músicos de distintos estilos y con muy diferente experiencia profesional. Algunos de bandas más veteranas (Los Enemigos, Ska-P), otros que no llevan tanto (Rufus T. FireFly). Pero todos coincidían en sufrir las consecuencias de una exposición constante al volumen alto. Las experiencias que cuentan son terroríficas. La verdad es que me sorprendió y me dejó bastante inquieto. Durante los últimos dos años me hice varios reconocimientos médicos que indicaban que tenía demasiada pérdida auditiva para mi edad. A partir de leer el artículo cambié algunos hábitos de escucha de música en mi día a día.

El artículo que menciono

Algunas semanas después tuve una experiencia muy estresante, no física ni con impactos sonoros de por medio, que me ha dejado una tinnitus (o acúfenos) bastante molesta. Un sonido constante, de intensidad variable, que siempre está ahí. Al principio la verdad es que me asusté mucho. No me podía creer que tuviera que convivir con eso, que no había remedio de ningún tipo y que a lo mejor no se iba a ir nunca. Pasaban los días y las semanas y ahí seguía ese sonido, cambiante y muy difícil de explicar, conmigo.

El volumen es un factor fundamental en la experiencia de escuchar música. Los/as músicos/as que saben manejarlo tienen una herramienta muy útil para impactar con su música. Además, como oyente he tenido experiencias casi catárticas en conciertos y clubs con volúmenes atronadores, algo que era fundamental en esos directos o pinchadas. Recuerdo ahora el sonido tan brutal del Panorama Bar de Berlín o el concierto que dieron Swans en 2012 en Matadero (Madrid). También me hubiera gustado ir alguna vez a la Dub Academy del festival Rototom, como una amiga que ha ido me contaba, para tener esa experiencia con el volumen de esos altavoces tipo soundsystem.

Swans, principios de los años 10

Durante estos últimos meses lo primero que me he propuesto ha sido aceptar la tinnitus. Más aún cuando los dos distintos otorrinos que me han visto me han aconsejado que lo mejor es aceptarlo e intentar no pensar en ello. Me está costando, la verdad. Por temas de trabajo sufro de mucha “fatiga auditiva” (otorrino dixit), por lo que no es tan fácil. Encima cambia muchísimo la experiencia de escuchar música o ver películas o series. Es escuchar esos mismos discos con un sonido que nadie ha puesto ahí. Por otro lado diría que ahora soy mucho más sensible a algunos ruidos fuertes, algo que puede ser señal de una hipoacusia (pérdida de audición constante). Total, que escucho mucha menos música. Una tragedia para mí, la verdad.

De todas formas he decidido cuidarme los oídos mucho más, utilizar protección auditiva lo máximo posible cuando estoy expuesto a volúmenes altos y hacerme unos filtros de sonido o ruido, unos aparatos que se supone que respetan la claridad del sonido pero que bajan los decibelios y la distorsión de lo que escuchas. Son más caros pero así podré escuchar “mejor” que con tapones lo que quiera que escuche. Veremos a ver cómo funcionan. Otros aparatos que pueden ayudar a cuidarse los oídos son los auriculares de conducción ósea, tal y como me recomendó un tuitero (no los he probado).

En fin, solo quería contar mi experiencia para quienes no han pensado en ello o no lo tienen en cuenta. Espero que sirva.

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